Albóndigas con salsa de tomate

Esta forma de hacer la albóndigas, con una salsa de tomate, nos encanta a todos en casa. Además es fácil, no se tarda demasiado en hacerlas y se pueden llevar en la tartera el trabajo. Cuando las hago las tengo que esconder porque pueden desaparecer antes de que lleguen a la mesa.

Ingredientes (salieron 16 albóndigas):
Para las albóndigas:
750 gramos de carne picada
4 huevos
3 cucharadas de pan rallado
1 cucharadita de ajo en polvo
1 cucharadita de romero molido
1 cucharada de perejil seco
1/2 cucharadita de nuez moscada
sal
Para la salsa:
3 cebollas
1 bote de tomate triturado natural
3 dientes de ajo
2 cucharadas de azúcar morena
1 cucharada de orégano
1 vasito de vino blanco
Aceite de oliva
Sal

Preparación:
1. Empezamos haciendo las albóndigas. Mezclamos todos los ingredientes de las albóndigas. Debe quedar una masa compacta pero jugosa, si está demasiado blanda se puede añadir un poquito más de pan rallado. Cogemos pequeñas porciones, les damos forma esférica y las pasamos por harina

2. Las freímos en aceite muy caliente procurando que estén completamente cubiertas de aceite. Yo normalmente las frió en un cazo de forma que con poco aceite conseguimos que se cubran. Es importante hacerlo en tandas pequeñas para que no baje la temperatura del aceite, hagan una costra en el exterior y no se abran,

3. Escurrimos las albóndigas en papel absorbente y reservamos.

4. Hacemos la salsa de tomate. Ponemos aceite en una cacerola en cantidad suficiente como para cubrir el fondo. Añadimos el ajo picado y lo doramos. Agregamos las cebolla picadas y las rehogamos hasta que estén transparentes y añadimos el vino blanco, dejando que hierva para que se evapore el alcohol. Agregamos el resto de los ingredientes de la salsa y dejamos hervir a fuego medio hasta que la salsa esté lista, aproximadamente 20 minutos.

5. Pasamos la albóndigas a la salsa. Si vemos que está demasiado espesa podemos añadir un poquito de agua. Dejamos hervir a fuego suave durante unos 20 minutos.

6. Cuando ya están listas las albóndigas podemos hacer varias cosas: dejar la salsa como está si nos gusta que se note la cebolla, pasarla por un pasapuré para que conserve el color rojo o pasarla por la batidora y en este caso la salsa va a quedar anaranjada pero más suave y fina. Yo he elegido la última opción.

Están más sabrosas si las dejamos reposar al menos un día. Se pueden acompañar con un arroz blanco o con patatas fritas cortadas en cuadraditos o con lo que se nos ocurra y una barra de pan para mojar las salsa porque está buenísima. Espero que os guste.

Comentarios

Luisa Morón ha dicho que…
que rica te han quedado. Un saludito.
arriety ha dicho que…
LUISA la verdad es que quedaron riquísimas, y son tan fáciles...
LA COCINERA DE BETULO ha dicho que…
Te han quedado con muy buen aspecto y una rica salsa. Son gorditas como me gustan. Un clásico de todas las casas. Cuando mi hijo mediano viene a pasar unos días a casa me salen unas 50 unidades, es capaz de comerse 20 él solo.
Besos.
arriety ha dicho que…
COCINERA, a mí me encantan los clásicos de la cocina, nunca te cansas de ellos. Mi hijo pequeño se las come a pares de un bocado y si sobran, que no es lo habitual, se pueden congelar y sacarlas un día que no tengas ganas de cocinar. Es una receta redonda, nunca mejor dicho. Un beso

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